La espada del Experto


En la era del bronce las espadas estaban ricamente decoradas ( significación que no sería puramente profana). Y en otras tradiciones, por ejemplo, una espada acostada sobre un lecho entre un hombre y una mujer era símbolo de castidad y de pureza.

Los egipcios de la época de Ramsés representaban al Faraón en una postura ritual, una mano levantada para tomar la espada que le tendía un dios.

La espada larga era la de los mercenarios, igualmente manipulada por los magos que cazaban demonios. Una tradición china dice que cuando una mujer sueña que porta una espada significa que traerá un hijo al mundo. En los sueños de las mujeres la que posee una espada, tiene un signo de cambio. En los sueños de los hombres, una espada que cae al agua anuncia la muerte de una mujer.

En Japón los Samurai poseen 2 espadas, una larga, Katana para el combate y otra corta, Wakizashi para el combate cuerpo a cuerpo. En la India, la espada es símbolo de la guerra espiritual, del combate contra la ignorancia para conseguir el conocimiento y la luz pura ese es el sentido de la espada de Ushnau en tanto que la espada de Indra es el relámpago que ilumina el mundo!.

La espada, en el mundo profano atravesó los siglos.

En el siglo cuarto antes de Cristo, un cortesano de Dionisio el viejo (tirano de Siracusa) para dar a entender que la felicidad de los tiranos es frágil, hizo suspender, durante un banquete, una pesada espada por sobre la cabeza de Damocles, atada a una crin de caballo. Comprenderéis el sentido de peligro permanente que amenaza a una aparente prosperidad.

La espada siempre fue símbolo de la fuerza y atributo esencial del reconocimiento, pasando de Juana de Arco a los señores, a los cruzados, a los caballeros del templo, a los religiosos, a los militares de caballería hasta nuestros días con los esgrimistas, los alumnos de la politécnica y también la de ceremonia de los miembros del Institut de France ( Academia). Podemos traer a memoria nombres de espadas célebres, Excalibur, Durandal, Joyeuse, cuyas virtudes son magníficas en sus relatos, míticas o históricas.

En francmasonería:

Para mostrar la diferencia entre espada tradicional y espada flamígera solo puedo ahora decir sencillamente que esta última, de hoja sinuosa, está reservada al Venerable Maestro que, por esa fuerza creadora, arma e inicia.

Un hermano masón no entra en las profundidades de la “foresta” de símbolos masónicos más que después de muchos años de trabajo interior, más intuitivo que deductivo incidentalmente.

Si no lo está y ha trabajado poco, no comprenderá nada de esos símbolos privándose de una cultura que se le ofrece pero que ignora.

Sin embargo esa negligencia puede que no se note en la logia cuando el Experto o el Maestro de Ceremonia vistan el sotuer. Pero sucederá! Y no importará cuál de ellos u otros oficiales sostengan mal la espada correcta, corta, si es que ignora los significados esotéricos de tales atributos.

El Experto posee en consecuencia una espada especial. Es un atributo manual y pectoral. El Experto raramente se separa de su espada especial cuando abandona su sitial. Esta arma blanca, atributo esencial del hermano Experto,¿ puede hacer deducir que ese masón no posee a diferencia de sus hermanos, Oficiales o no, una vocación de constructor pacífico?.

En primer lugar, no es el único oficial que está provisto de una espada en la logia: el Venerable Maestro y el Cubridor o Guarda Templo tienen igualmente una a su disposición.

En segundo lugar, debe saberse que la atribución de una espada a esos tres Oficiales es una práctica bastante reciente. A partir del reinado de Luis XV, todos los hermanos llevan en logia la espada del lado izquierdo en una vaina. Ella simbolizaba así la igualdad social de los masones de la época ya fuesen nobles o campesinos.

Hoy en día, la espada se porta colectivamente en las logias del Rito Escocés Rectificado, desenvainada y sostenida en mano por todos los hermanos que están trabajando en ese rito; con la punta hacia abajo en posición de reposo o de otra forma a la orden del Venerable Maestro.

En otros ritos, no han quedado del pasado más que dos cosas:

Una roseta al extremo de la banda del Maestro, recuerdo de la boca de la vaina y una espada a disposición de los hermanos de las columnas que solo se emplean durante la ceremonia de iniciación.

En tercer lugar, va de suyo que las funciones del Venerable Maestro, del Experto y del Cubridor no son las mismas. Y tampoco sus formas. Es evidente para la espada flamígera ( espada de hoja con doble filo) como por la portada por el Experto y el Cubridor).Esta última observación me permite ahora desarrollar una interpretación simbólica de la espada del hermano Experto que no somos los únicos masones en sostenerla.

La clase de espada del Experto se deduce de la forma del arma o sea del oficio de este último. Hoja en punta y corta, o  larga, chata y doble filo, o al menos esa es la sensación que da vista a lo lejos.

Este oficial la sostiene en forma casi constante, aún sentado y raramente se separa de ella al ponerse de pie. Se trata de un arma ofensiva y que corta. Es decir un arma de combate. Al enunciar semejante afirmación no dudo de la sorpresa de mis hermanos, y es que se trata de un combate que paso a explicar.

Al igual que el filo de la espada, el combate en cuestión es doble:

·         “Litúrgico”, respecto de alguna acción del rito

·         “Esotérico”, respecto de la progresión iniciática.

Todo atentado al espíritu de los rituales como toda oposición al mejoramiento moral debe ser combatido. La espada del hermano Experto simboliza esos combates y el Maestro (oficial) lleva ese nombre porque él tiene personalmente la experiencia de tales combates (experiencia solamente supuesta en la gran mayoría de los casos).

Históricamente esta denominación provendría del siglo 18 cuando el Cubridor y el Experto retejaban e iniciaban.

Prefiero creer que eran los guardianes incorruptibles del rito y los Oficiales que velaban para que la instrucción de los aprendices y compañeros fuera dada por los Vigilantes y que entonces si había algún fracaso de tales Aprendices y Compañeros, pudiesen corregirlo.( meditad esto queridos hermanos de las columnas del norte y del mediodía).

El combate entonces, con la espada, es el signo materializado que se sitúa en primer lugar en el centro de toda iniciación, en el conocimiento de sí, clave incontestable del saber interior, de la compresión del otro.

Combate de la piedra bruta esforzándose en devenir en piedra cúbica. Se sitúa en segundo lugar en el centro de las sociedades humanas, combate de la ética colectiva contra las violencias colectivas. El combate del ángel contra el demonio, de la luz contra las tinieblas.

La espada del hermano Experto es por consecuencia, una espada de luz que cada vez que el oficial se levanta o se desplaza en el templo, luce brillante, estirada, capta las miradas de los iniciados recordándoles que la perfección moral del hombre es una incesante lucha cada nuevo día, juicioso a cada instante, contra su pequeño yo imperfecto y además afrontando cotidianamente las injusticias y las desigualdades, los abusos manifiestos de poder, las restricciones a la libertad de opinión y una lucha y enfrentamiento jamás abandonados.

¿La espada se percibe globalmente así? ¿La asamblea de masones tiene sobre ella alguna atención visual, sobre todo cuando es mal sostenida por el hermano Experto? No es seguro.

La espada del hermano Experto no es ni una espada de opereta ni una navaja, es un símbolo entre otros símbolos.

El hermano no podrá olvidar que ha estado entre muchos elementos simbólicos y que fue recibido gracias a una espada de luz, diferente de aquella del Experto, que flamea como el sol del que tiene el color y como la estrella del que es un rayo. No podrá olvidar que el Experto está armado como defensor de la ley moral inscripta en las Constituciones de Anderson y para defenderle de los obstáculos que retardan la aplicación de esa ley.

A quien olvide proveerse de un espada interior o que la utiliza mal, el hermano Experto presente en cada tenida le mostrará el uso que debe dársele en la logia y en la vida de todos los días. Y por esto no debería sorprender que el hermano Experto haya sido desde hace mucho tiempo apodado “El Hermano Terrible”.
Leer más...

Lo que seguramente no sabías sobre cómo ven tus ojos


«Lo que los ojos no ven y la mente no conoce, no existe», decía David Herbert Lawrence. Y tenía razón, porque la visión es el resultado del trabajo en equipo de los ojos y el cerebro, que juntos crean una imagen completa y compleja del mundo que nos rodea. Esto es lo último que los neurobiólogos, físicos y expertos en óptica de todo el mundo han averiguado sobre cómo vemos.


El Photoshop del ojo humano
La resolución de la imagen que captura el ojo humano está limitada por el número de células que caben en la retina, que funcionan a modo píxeles. Se calcula que una “foto” obtenida por los ojos tiene apenas un megapíxel. Sin embargo, el cerebro es capaz de aumentar la resolución de las imágenes antes de procesarlas, tal y como harían una cámara digital o un teléfono móvil.

Un ojo de mamífero tiene unos 70 tipos de células. Crédito: B.W. Jones, R.E. Marc / Universidad de Utah

Esto sucede en el núcleo geniculado lateral, una región cerebral que recibe la imagen del ojo y, antes de enviarla a la corteza para su análisis, aplica una técnica similar a la edición fotográfica que consiste en interpolar o rellenar la información que falta con datos deducidos de un algoritmo. El resultado es una imagen retiniana con mayor número de píxeles y, por lo tanto, mayor resolución aparente, según descubrieron Luis Martínez-Otero, investigador del Instituto de Neurociencias de Alicante, y sus colegas en la revista Neuron.

Mejor contraste que cualquier cámara
Hay algo en lo que ninguna cámara fotográfica, ya sea analógica o digital, ha conseguido superar al ojo humano, y es su capacidad para obtener contraste en las imágenes sin perder los detalles ni en las luces ni en las sombras. Científicos de la Universidad de California lo han investigado y han llegado a la conclusión de que es gracias al trabajo celular en equipo.

El ojo usa muchas capas de células nerviosas para convertir la luz en visión. Crédito: Wei Li, National Eye Institute
Lo que la cámara digital y el ojo tienen en común es que tanto los píxeles como las células receptoras de la luz (conos y bastones) generan una respuesta eléctrica proporcional a la intensidad de la luz que reciben. Pero hay una diferencia crucial: cuando los fotorreceptores del ojo se excitan, mandan señales a decenas de células vecinas, inhibiendo a algunas y estimulando a otras. Y este feedback positivo y negativo es lo que permite que existan a la vez buen contraste y buena definición.

Un ojo dominante
Los seres humanos no somos simétricos. y nuestros ojos tampoco lo son. Siempre existe un ojo dominante. En concreto, en dos tercios de la población el ojo derecho prepondera sobre el izquierdo. ¿Pero qué implicaciones tiene? La más inmediata es que si en una pantalla o en un papel nos muestran textos a la izquierda y a la derecha, leemos primero los situados en el lado de nuestro ojo dominante.

Pero lo más interesante es que quienes tienen el ojo izquierdo dominante perciben más símbolos de un fragmento de texto en su lado dominante, y por lo tanto leen a más velocidad. Los expertos sugieren que, de igual modo que hay tijeras y herramientas para zurdos, podríamos empezar a desarrollar libros, videojuegos y dispositivos electrónicos para zurdos visuales. Mientras tanto, se están popularizando varios ejercicios para descubrir cuál es tu ojo dominante.

El punto ciego puede “encoger”

Todos los ojos tienen un punto ciego. Se debe a que el nervio óptico que envía señales visuales al cerebro tiene que cruzar en algún punto la retina del ojo, y al hacerlo crea un agujero en su tejido sensible a la luz. Si una imagen se proyecta justo ahí, sencillamente no la vemos. La buena noticia es que, aunque es imposible eliminar el punto ciego, con el adecuado entrenamiento podemos conseguir que “encoja”, según revelaba un estudio publicado en Current Biology. Para demostrarlo, los científicos entrenaron durante 20 días a una decena de sujetos en detectar el movimiento y el color de una serie de ondas que se proyectaban parcialmente en el punto ciego de uno de sus ojos. Al concluir el entrenamiento, los sujetos veían mejor las ondas con el ojo entrenado. Todo apunta a que este adiestramiento mejora la sensibilidad de las neuronas cuyos campos perceptivos se solapan en parte con el punto ciego. Y podría usarse para tratar algunas formas de ceguera.

Bastones retinales en la fóvea (coloreados de azul). Crédito: Universidad de Rochester


Dos que funcionan como uno

Nuestra visión es binocular, lo que significa que el cerebro fusiona imágenes procedentes de dos ojos, que están en distintas posiciones, en una sola, para ofrecer una visión del mundo similar a la que tendrían los cíclopes de la mitología griega con su único ojo central. Hace poco Bas Rokers y sus colegas de la Universidad de Wisconsin-Madison descubrieron el punto exacto del cerebro donde las dos imágenes se combinan. Según daban a conocer en la revista Current Biology, este hallazgo ayudará a tratar enfermedades como el ojo vago.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el ojo sufre imperfecciones ópticas que hacen que las proyecciones en la retina tengan cierto emborronamiento, aunque nosotros las percibamos diáfanas porque el sistema visual se autocalibra. Investigadores del Instituto de Óptica Daza de Valdés del CSIC han descubierto que cuando cada ojo posee un nivel diferente de emborronamiento, el cerebro utiliza como referencia de nitidez la imagen proyectada por el ojo con menos imperfecciones. Es decir, que al tener dos opciones se queda con el mejor vistazo del mundo que nos rodea.

Ojos abiertos como platos

Que abramos los ojos como platos cuando algo nos causa miedo y los encojamos ante una imagen desagradable no es casual. Esta respuesta universal tiene que ver con la regulación de la entrada de la luz a los ojos, de acuerdo con Adam Anderson, neurocientífico de la Universidad de Toronto (Canadá). Si algo nos asusta, los ojos se abren para aumentar la sensibilidad, expandir el campo de visión y detectar mejor el peligro. Ante un estímulo que nos repugna, por el contrario, bloqueamos la luz y enfocamos con la vista de forma muy precisa solo el origen de nuestro disgusto, reduciendo el campo visual. Pura adaptación evolutiva, según Anderson.

Subjetividad en los colores

Si de nuestros ojos dependiera, con el paso de los años los colores del mundo que vemos perderían intensidad como en una foto antigua, hasta virar casi a blanco y negro. Y todo porque los receptores que perciben el color, llamados conos, pierden sensibilidad con la edad y se vuelven menos eficaces. Por suerte contamos con el cerebro, que evita que nuestra imagen del mundo adquiera un tono vintage y compensa este deterioro para que sigamos percibiendo cielos de un azul rabioso y praderas con tonos verdes intensos durante toda la vida. “El cerebro visual se recalibra a media que envejecemos“, explica Sophie Wuerger, coautora de un estudio que publica PLoS ONE.

Y es que la percepción del color es subjetiva. Tanto que los colores se aprecian más grises y azulados (con menos componente amarilla) si nos sentimos tristes y deprimidos que si nos encontramos en situaciones emocionalmente neutras, como daba a conocer Psychological Science.

El ojo biónico funciona

A principios de 2015, Allen Zderad, que había quedado completamente ciego hace una década por una retinosis pigmentaria, recuperó su visión gracias a un ojo biónico que le implantaron en la clínica Mayo. No era el primero en someterse a esta operación. A estas alturas ya son más de un centenar los invidentes que han vuelto a ver gracias a estos implantes, formados por una serie de chips y electrodos colocados en la parte de atrás del ojo que reciben imágenes de una cámara microscópica situada en las gafas que emplea el paciente.



Nunca se queda quieto

Aunque suele pasarnos desapercibido, nuestros ojos no paran de hacer pequeñas y veloces correcciones de la dirección en la que miran. Estos movimientos, llamados microsacádicos, se producen del orden de 3 a 4 veces cada segundo, más rápido que los latidos del corazón. Hasta ahora se desconocía con qué fin se hacían estas correcciones. Pero científicos de la Universidad de Tübingen (Alemania) parecen haber dado con la clave.

Según los investigadores, en cada instante solo un área muy pequeña de nuestro campo de visión se percibe clara y enfocada. Con los movimientos rápidos redirigimos el ángulo de visualización a los distintos puntos de interés que parecen interesantes. El cerebro une después estos puntos y construye una imagen completa. Además, los reajustes constantes de la mirada nos permiten tener mayor visión periférica, y mantenernos ojo avizor incluso cuando concentramos la mirada en algo, por si surgen amenazas.

Se puede ver con el oído

¿Qué pasa con la corteza visual del cerebro de un ciego? Pues que lejos de quedar en desuso por la falta de vista, las neuronas se reciclan y se dedican a agudizar otros dos sentidos: el sonido y el tacto. A falta de estímulos visuales, la plasticidad del cerebro permite que se usen estas células para analizar los datos recibidos de otros sentidos, según un estudio realizado con resonancia magnética funcional que publicaba la revista Neuron Dicho de otro modo, si los ojos no dan información, el cerebro recurre a un plan B y recopila los datos del tacto y el oído para construir una imagen mental espacial del mundo que les rodea.

Por Elena Sanz para Ventana al Conocimiento
Leer más...

Zoroastrismo

El zoroastrismo, por el nombre de su fundador, o mazdeísmo, por el nombre de su deidad, es la denominación de la religión y filosofía basada en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra), que reconocen como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador increado de todo. El término zoroastrismo es una construcción moderna que, según el Diccionario Oxford, apareció en primer lugar en 1874 en Principios de filología comparada de Archibald Sayce. La primera referencia a Zoroastro en Occidente es atribuida a Thomas Browne, quien brevemente se refiere a él en su libro Religio Medici (1642).



El término mazdeísmo probablemente derive de Mazdayasna, una expresión compuesta del avéstico que combina el último elemento del nombre Ahura Mazda y la palabra avéstica yasna, la cual significa devoción. Un rey persa, Ciro el Grande, era seguidor de esa religión.

Templo Principal fuego en Yazd, Irán

Principales creencias
Ahura Mazda es el comienzo y el fin, el creador de todo, el que no puede ser visto, el Eterno, el Puro y la única Verdad.
Daena (din en persa moderno) es la Ley Eterna, cuyo orden ha sido revelado a la humanidad. Significa religión, fe, ley, e incluso dharma. Es el orden correcto del universo, el cual debe seguir la humanidad.
Es central en el zoroastrismo el énfasis en la elección moral, de la vida como batalla por acercarse o alejarse del bien. Según los Gatha, las personas son libres y seres responsables. La predestinación es rechazada. Los humanos son responsables de su situación, y deben actuar para cambiarla. La recompensa, el castigo o la felicidad, depende de cómo las personas vivan su vida. El bien transpira de aquellos que actúan correctamente, y los que actúan mal se dirigen hacia su ruina moral. La moral zoroastrista se resume en la frase buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos (Humata, Hukhta, Hvarshta en avéstico y Pendar-e Nik, Goftar-e Nik, Kerdar-e Nik en persa moderno).
Esperan al salvador Saosyant, cuando llegue el final de los tiempos se producirá la resurrección de todos los muertos. Las almas deberán cruzar un puente (Chivat), y serán juzgadas por sus pensamientos, palabras y actos, este juicio no es final ya que cuando el mal es eliminado, todas las almas se reúnen, por lo tanto la salvación es universal.

Principios zoroastristas
Los preceptos principales son:
Igualdad: igualdad de todos, al margen de diferencias de sexo, raza o religión.
Respeto a todas las formas vivientes: Condena de la opresión del ser humano, y de la crueldad y sacrificio de animales.
Ecologismo: La naturaleza es central en la práctica del zoroastrianismo y muchos importantes festivales son celebrados en la naturaleza: el día de año nuevo, el primer día de primavera, el festival de agua en verano, el festival de otoño al final de la estación y el festival de fuego de la mitad de invierno.
Trabajo duro y caridad.
Lealtad y fidelidad a la familia, la comunidad y el país.
Otros elementos característicos

Templo del Fuego en Calcuta


El símbolo del fuego: La energía del creador es representada en el zoroastrismo por el fuego y el sol; duraderos, radiantes, puros y sostenedores de la vida. Los zoroastristas normalmente rezan frente a una forma de fuego o una fuente de luz. No se adora el fuego, sino que este es un símbolo de la divinidad.
Proselitismo y conversión: los zoroastristas parsis no permiten la conversión de las personas ajenas a la religión. Los zoroastristas de Irán y Occidente son partidarios de la conversión, pero esto no es apoyado por el clero oficial de Bombay, India. Las razones de esto se especulan. Algunos eruditos aseguran que el zoroastrismo siempre ha admitido conversiones y que estas son comúnmente aceptadas entre los zoroastrianos de origen iraní en Occidente y entre los zoroastrianos de Irán, aunque estos últimos aceptan conversiones de forma muy discreta para evitar problemas con las autoriades islámicas iraníes. El rechazo a la conversión es casi exclusivo de los parsis de India. Una teoría afirma que esto se debe a que en India las conversiones en general son muy mal vistas y lo usual es que hindúes, musulmanes y otros grupos religiosos eviten el proselitismo para no provocar las tensiones religiosas que a lo largo de la historia ha provocado derramamientos de sangre.

Puertas de Templo Zoroastra

Historia
En los orígenes, el zoroastrismo se presenta como una reforma de la religión practicada por tribus de lengua iraní que se instalaron en Turquestán occidental entre el II y el I milenio a. C. Estas tribus estaban estrechamente ligadas con los indoarios, los que aportaron el sánscrito y todas sus lenguas derivadas en la India del Norte, a partir del año 1700 a. C. Estos pueblos constituyen la familia indo-aria.
La comparación del zoroastrismo con la religión india es útil para comprender su nacimiento. Estas dos religiones tenían un dios llamado Mitra por los indios y Mithra por los iranios, que significan el sol o el dios sol.
Evolucionó de manera muy divergente en estos dos pueblos. Entre los indios, según François Cornillot, especialista del Rig-veda y del Avesta, el Mitra original se escindió en tres dioses, Mitra, Ariamán y Váruna. Entre los iranios, este dios guardó en cambio su unidad. Dios soberano, era el hijo de Ahura Mazda, que parece haber sido el Cielo.
Los zoroástricos se esforzaron por eliminar el culto de Mithra en provecho del de Ahura Mazda, justificando el nombre de mazdeísmo dado a veces a su religión. La Persia antigua, bajo la dinastía de los aqueménidas, no era verdaderamente mazdeísta: Veneraba tanto a Mithra como Ahura Mazda. Los griegos consideraban a este último como equivalente a Zeus, su dios celeste.
Según Heródoto (I, 131), la costumbre de los persas «es subir sobre las montañas más altas para ofrecerle sacrificios a Zeus, y dan su nombre a toda la extensión del cielo». Heródoto en Los nueve libros de la historia incluye una descripción de la sociedad iraní, que posee algunos elementos reconocibles del zoroastrismo, incluida la exposición de los muertos. Según Heródoto (I-101), los magos eran una de las seis tribus de la Media. Parecen ser la casta sacerdotal de la hoy conocida como zurvanismo, rama del zoroastrismo que tenía una gran influencia en la corte de los emperadores medos.

En cuanto a Mithra, estaba estrechamente emparentado con el Sol.

Mithra, Shapur II, Ahura Mazda

Hay que observar que el término ahura era también conocido por los indios, que lo pronunciaban asura. Son los iranios quienes transformaron la "s" original en una "h". En los pasajes más antiguos del Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.), la palabra asura representa al Ser supremo, como entre los iranios. Más tarde, cambiando de sentido, se aplicó a los antidioses, los demonios.
El culto de sauma era común entre los indios y los iranios. Este término se convirtió en soma para los primeros y en haoma para los segundos. Esta bebida alucinógena puede haber sido hecha con efedra. Pensando que les permitía a los dioses conservar su inmortalidad, se la ofrecían en sus sacrificios. Los propios participantes la bebían y accedían al mundo divino, a una inmortalidad provisional. En wakhí (una lengua iraní hablada al este de Afganistán), la efedra es llamada yimïk, término que podría provenir de *haumaka. Según el Rig-veda, el elemento de base del soma podría haber sido una seta, una sustitución que se explica por el hecho de que en la India no hay efedra.
En el actual Turkmenistán meridional (antigua Margiana), el arqueólogo ruso Viktor Sarianidi buscó las ruinas de un edificio llamado Togolok-21. Se trataba de un templo donde se practicaba el culto del fuego y donde se preparaba el haoma. Este edificio formaba parte de una cultura bactro-margiana (Margu), fechada del 2200 al 1700 a. C., que se extendía al este hasta la Bactriana, a lo largo del curso del Amu-Daria.
Sobre todo el territorio de esta cultura, se encuentran amuletos con representaciones de lucha entre serpientes y dragones que tenían una actitud claramente agresiva, con ojos enormes y una boca grande abierta. Era una representación primitiva de la lucha entre la luz y las tinieblas, entre la vida y la muerte, que caracterizaba la religión indoirania y que el zoroastrismo conservaría.
Parece que la cultura bactro-margiana hubiera sido más bien indoaria. También contenía un substrato cultural no indoeuropeo difícil de concretar, como lo prueba el mismo hecho de la construcción de los templos: los verdaderos indoiranios prefirieron mucho tiempo los santuarios al aire libre.
Siguiendo la unificación de los imperios Persa y Medo en 550 a. C., Ciro II y más tarde su hijo Cambises II redujeron el poder de los magi. En 522 a. C., los magi se rebelaron y reclamaron el trono a través de una persona. El usurpador, pretendiendo ser el hijo menor de Ciro, Esmerdis, llegó al poder poco después.
El pseudo-Esmerdis (de nombre real Gautama), gobernó durante siete meses, antes de ser destronado por Darío I en 521 a. C. Los magi, aunque perseguidos, continuaron existiendo, y un año tras la muerte del pseudo-Esmerdis, un segundo pseudo-Esmerdis (de nombre Vahyazdāta) intentó un golpe de estado, que fracasó.
La cuestión de si Ciro II era zoroastrista está sujeta a debate. En cualquier caso le influenció hasta el punto de no imponer una religión en Persia y permitir a los judíos cautivos volver a Canaán cuando los persas tomaron Babilonia en 539 a. C. Se desconoce si Darío I, aunque ciertamente devoto de Ahura Mazda, era un seguidor de las enseñanzas de Zoroastro.
Darío I y sus sucesores mostraron su devoción a Ahura Mazda en inscripciones, permitiendo a las religiones coexistir. Fue durante el período aqueménida cuando el zoroastrismo adquirió peso, y varios textos zoroastristas (que hoy son parte del compendio del Avesta) son atribuidos a este período, aunque probablemente en esta época permanecían en forma de relato oral.
En los últimos momentos de esta dinastía, comienzan a integrarse divinidades y conceptos divinos de las religiones protoindoiranias entre los seguidores del zoroastrismo, hasta establecerse un culto a ellos en el calendario religioso. Sin embargo, dichos elementos son ajenos a la religión del zoroastrismo.
Casi nada se sabe del estatus del zoroastrismo bajo los imperios seléucida y parto, que gobernaron Persia tras la invasión de Alejandro Magno en 330 a. c.

Templo Zoroastra

Una forma de zoroastrismo fue aparentemente la religión principal en la Armenia precristiana, o al menos fue prominente allí. Los persas hicieron intentos de promover la religión allí.
Con anterioridad al siglo XI, el zoroastrismo había llegado al norte de China a través de la Ruta de la Seda, obteniendo estatus oficial en algunas zonas de China. Ruinas de templos zoroastristas han sido encontradas en Kaifeng y Zhenjiang, y según algunos intelectuales permanecieron hasta 1130. En cualquier caso, la influencia del zoroastrismo puede apreciarse en el budismo, especialmente en el simbolismo de la luz.
La religión que sucedió al zoroastrismo en Persia estuvo marcadamente influida por éste. Los sacerdotes iranios nunca lograron derribar las enseñanzas de Zoroastro, pero resucitaron la antigua adoración de Mitra, y el mitraísmo se difundió a lo largo y a lo ancho del Levante y de otras regiones mediterráneas, siendo durante cierto tiempo contemporáneo tanto del judaísmo como del cristianismo.
En el siglo VII, la dinastía sasánida fue derrocada por los árabes. Aunque algunos de los últimos gobernantes habían perseguido el culto zoroastrista, inicialmente los zoroastristas fueron incluidos como Gente del Libro y se había permitido su práctica libremente. La conversión de las masas al islam no era deseada ni permitida, según la Ley Islámica. Hubo un lento pero permanente movimiento de población en Persia hacia el islam. La nobleza y las personas de la ciudad fueron los primeros en convertirse. El islam se extendió más lentamente entre los campesinos. Muchos zoroastristas se marcharon, entre ellos varios grupos que se establecieron en la India, donde se les aceptaba. A estos se les llama parsis y son más de cien mil. En los siglos siguientes el zoroastrismo volvió gradualmente a su forma original monoteísta, sin elementos politeístas.
El número de zoroastristas se ha reducido significativamente en los últimos siglos, pero la religión continúa viva y dinámica. La mayor parte de seguidores de esta religión se encuentran en la India e Irán. También hay unos 10.000 parsis en Pakistán y unos 2500 parsis en Sri Lanka. Son una comunidad muy próspera dedicada al comercio, a la administración y a las profesiones liberales, pero su número es cada vez menor. Existe un buen número de asociaciones en varias partes del mundo
Relación con otras religiones y culturas
El zoroastrismo posee una importancia única en la historia de las religiones a causa de sus enlaces con las tradiciones occidental abrahámica y oriental dhármica.
Se sabe que las enseñanzas de Zoroastro llegaron a dejar su huella en el judaísmo. Éstas se advierten en la angelología, la creencia en un estado futuro de premios y castigos, la inmortalidad del alma y el juicio final. Todo ello forma parte fundamental del esquema zoroastriano. Adicionalmente, la figura de Satanás, originalmente sirviente de Dios, asignado a Él como Su fiscal, vino a asemejarse a la de Ahriman, el enemigo de Ahura Mazda (Dios), cada vez más. También, la figura del Mesías, que inicialmente era un Rey futuro de Israel que salvaría a su pueblo de la opresión, evolucionó, en Isaías, por ejemplo, en un Salvador universal muy similar al Saoshyant persa (iraní). Otros puntos de comparación entre Persia (Irán) e Israel incluyen la doctrina de los milenios, el Último Juicio, el libro celestial en el que se inscriben las acciones humanas, la Resurrección, la transformación final de la tierra, el Paraíso en la tierra o en el Cielo, el Infierno.
Algunos estudiosos (Boyce, 1987; Black and Rowley, 1987; Duchesne-Guillemin, 1988) creen que un buen número de elementos de la escatología, soteriología, angelología y demonología del judaísmo -una influencia clave en el cristianismo-, tiene su origen en el zoroastrismo, y fue transferida al judaísmo durante la cautividad babilónica y la era persa. Con todo, existen diferencias en los sistemas de creencias.
Según Mary Boyce, "el zoroastrismo es la más antigua de todas las religiones de credo reveladas, y ha tenido probablemente más influencia, directa o indirectamente, que cualquier otro culto individual" (Boyce, 1979, pág. 1).
El zoroastrismo ha sido propuesto como la fuente de los aspectos pos-Torá más importantes del pensamiento religioso judío, que emergió durante la cautividad babilónica.



Idioma: En los actos religiosos y colección de textos sagrados del Zoroastrismo se usa el Dialecto gatha o Idioma avéstico.
Textos religiosos
Yama libro litúrgico de los parsis
Vispered la liturgia menor
Vendidad sacerdotal código de los parsis
Yashts libro de himnos
Khordah libro de oraciones
Zaratustra y el Avesta
El zoroastrismo se formó alrededor de 1600-1200 a. C. (dependiendo de las fuentes usadas) en la región noroeste de Irán (Persia) por el profeta Zaratustra (Zoroastro), cuyas enseñanzas fueron transcritas en lo que se conoce como el Avesta. Se dice que el zoroastrismo es una de las primeras religiones monoteístas del mundo, aunque se puede considerar al zoroastrismo como un henoteísmo, la creencia en la existencia de un dios principal pero que no es el único que existe. Es un término acuñado por el orientalista Max Müller (1823-1900) (del griego gen. henos, que significa uno y theós, dios). La divinidad especialmente venerada asume las cualidades de divinidad suprema. Representa un intento de unificación, bajo la adoración de un dios supremo, de las religiones politeístas comunes en aquellos tiempos y por tanto conserva rasgos de ambas corrientes (mono y politeístas). El zoroastrismo ejerció una clara influencia en otras religiones como el judaísmo, el cristianismo y el islam.
Ahura Mazda es su dios principal. Los zoroastristas veneran el fuego eterno, símbolo divino. Zaratustra predicaba un dualismo basado en la batalla entre el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas. El principio de Zaratustra es que existe un espíritu Spenta Mainyu, identificado posteriormente como Ahura Mazda u Ormuz, y un espíritu malvado Angra Mainyu asimilado a Ahriman, opuestos representando el día y la noche, la vida y la muerte. Estos espíritus coexisten en cada uno de los seres vivientes.
El Avesta es la colección de textos sagrados del zoroastrismo. Aunque algunos de los textos son muy antiguos, el compendio conocido actualmente es, esencialmente, el resultado de una redacción que se cree se realizó durante el reinado de Sapor II (309-379). Sin embargo, desde entonces se han perdido partes importantes, especialmente después de la caída del Imperio persa, cuando el zoroastrismo es sustituido por el islam. La copia más antigua de los textos data de 1288.
La parte más antigua del Avesta ―el texto sagrado de los zoroástricos― está constituida por himnos, los Gatha, se considera que han sido transmitidos oralmente durante siglos antes de tomar la forma escrita y que han podido ser compuestos por el propio Zaratustra. Aparece claramente como un sacerdote. Ahura Mazda le habría dado la misión de renovar la antigua religión, confirmándose como el único dios del Bien, la encarnación de la Luz, de la Vida y de la Verdad. Zaratustra condena el culto del haoma y, entre otros, el sacrificio del Toro que es el animal más sagrado reconocido por Zaratustra; Ahura Mazda era inmortal por sí mismo, sin la práctica de los sacrificios sangrientos.
Elimina la condición divina del fuego, para hacerlo un símbolo concreto de la Luz. En lo sucesivo el fuego no se venera como un dios, sino como un aspecto principal de Ahura Mazda.
Los Gāthā hablan de las relaciones entre Ahura Mazdā y seis categorías divinas llamadas las Amesha Spenta, Inmortales Benéficos. En los primeros textos del Avesta, son clasificados como Amesha Spenta y posteriormente se personifican como arcángeles. Son:
Vohu Manō: Buen Pensamiento.
Asha Vahishta: Mejor Rectitud.
Xshathra Varya: Imperio Deseable.
Spenta Armaiti: Benéfico Pensamiento Perfecto.
Haurvatāt: Integridad.
Ameretāt: No-Muerte.
Muy cercano a Vohu Manō, se encuentra Spenta Mainyu, el espíritu benéfico, opuesto a Angra Mainyu, el espíritu malvado, encarnación de las tinieblas y la muerte. Más que enemigos, estos dos espíritus son gemelos.
Los Gāthā están compuestos probablemente en una época pre-aqueménida, antes del siglo IV a. C. Durante la era aqueménida (648–330 a. C.) el zoroastrismo desarrolla los conceptos abstractos de cielo, infierno, juicio personal y juicio final, los cuales solo estaban aludidos en los Gathas.
Las otras partes del Avesta son claramente posteriores a los Gāthā. Particularmente los himnos denominados Yasht, donde se ve el resurgir del panteón que había querido eliminar Zaratustra. Son la fuente de información más importante sobre la mitología irania. A pesar de su contradicción los Gāthā y los textos del Avesta reciente son venerados de la misma forma por el zoroastrismo.
Conviene señalar que la lengua de los Gāthā es muy próxima a la del Rig Vedá, y sus lectores pueden comprenderla.

Actualidad
En la actualidad afrontan una grave crisis interna, debido a la pugna entre los sacerdotes ortodoxos y los jóvenes modernistas. Aquellos insisten en la práctica funeraria de los antepasados y para ello conservan en el cerro Malabar ―el sector residencial más exclusivo de Bombay―, una construcción de piedra gris llamada la Torre del Silencio. Allí son llevados los parsis que mueren.
Los cadáveres de niños, mujeres y hombres se depositan sobre losas de piedra y quedan expuestos a la voracidad de gigantescos buitres. Las aves de rapiña les arrancan la carne y en corto plazo dejan sólo los huesos del esqueleto. Entonces el Sol los calcina y, tras ser semipulverizados los restos, se arrojan a un pozo habilitado en el fondo de la Torre. Desde allí, impulsados por agua corriente, llegan al mar. Los jóvenes parsis encuentran que esta ceremonia, que data de muchos siglos, debe desaparecer. Algunos temen que con ello desaparezca la religión misma.
Leer más...

El Rey Salomón: alquimista, mago e iniciado

En su artículo La geometría secreta del Templo de Salomón, Manuel Figueroa nos dice acerca del rey que mando erigir el colosal Templo de Jerusalén: “El interés por el conocimiento de la forma o la estructura del templo es, en realidad, el interés por el conocimiento hermético de Salomón que personifica la sabiduría de la Tradición de todas las edades. De acuerdo con el Talmud -recopilación de la tradición oral judía y base de la religión judía ortodoxa-, Salomón era experto en Cábala.



También tenía profundos conocimientos de Alquimia y Necromancia y era capaz de controlar demonios elementales, obteniendo de ellos buena parte de su sabiduría. En su Clavículas Salomonis o Claves del Rey Salomón trabajo en el que presumiblemente se exponen los secretos mágicos obtenidos por Salomón y empleados por él en la conjuración de espíritus- se arroja luz sobre los rituales iniciáticos masónicos.

McGregor-Mathers, fundador de la Golden Dawn, reconoce la posibilidad de que se tratara de un mago en el más amplio sentido de la palabra. Hipótesis que basa en las afirmaciones del historiador judío Flavio Josefo, quien hizo especial mención a los trabajos mágicos y dotes sobrenaturales de este rey.

Todo lo cual se encuentra asimismo reflejado en muchas tradiciones orientales que subrayan, entre otras muchas, las facultades mágicas de Salomón, como se indica frecuentemente, por ejemplo, en Las mil y una noches. Pero este misterio monarca encierra aún más sorpresas. Así por ejemplo, los alquimistas medievales estaban convencidos de que conocía los procesos secretos de Hermes Trismegisto y que, gracias a ellos, llegó no sólo a multiplicar los metales, sino también a fabricar la piedra filosofal.

Y se dice también que Salomón sabía cómo controlar la “esencia incorpórea del espíritu universal”, conocimiento que lo habría asistido en la construcción del Templo. Por otro lado, y de acuerdo con los antiguos rabinos, Salomón habría sido, paralelamente, un iniciado de las escuelas mistéricas, siendo su templo un lugar de iniciación que.

Tanto las gradas como los pilares situados a ambos lados del pórtico, los querubines babilónicos y todo el arreglo de las alcobas indican, de hecho, que el templo habría sido erigido de acuerdo a patrones tomados de Egipto. Michel Lamy nos recuerda en La otra historia de los templarios que Salomón hizo también erigir unos santuarios para unas “divinidades extranjeras”. Consagró en particular unos templos a Astarté, “la abominación de los sidonios” y a Milkom, “el horror de los amonitas”.

Según el canon místico, siempre han existido sobre la Tierra una serie de hombres santos que han accedido al trato íntimo con la deidad. De ellos, el que alcanza la posición más alta entre sus contemporáneos es el “polo” de su época, siendo los demás intermediarios. El “polo” es un individuo misterioso que, desconocido y nada conspicuo, se mezcla con la humanidad. Como un atractor extraño alrededor del cual todo converge, en él se encarna el significado y el espíritu de una época. ¿Pudo ser Salomón el “polo” del judaísmo?

El templo de Salomón y su enigmático arquitecto

En el seno de la primera monarquía terrestre se elevó el primer templo a Dios. La Biblia recoge claramente las tradiciones según las cuales fue el propio Yahvé -al que identificaban como Dios- quien, en última instancia, ordenaba cuándo, quién y cómo se había de construir el Templo. Así, en el Libro Primero de las Crónicas, el rey David declaraba: “Oídme, hermanos míos y pueblo mío: había decidido en mi corazón edificar una casa donde descansase el Arca de la Alianza de Yahvé y sirviese de escabel de los pies de nuestro Dios.

Ya había hecho yo preparativos para la construcción, pero Dios me dijo: “No edificarás tú la Casa a mi nombre, pues eres hombre de guerra y has derramado sangre”.Para esta misión, de entre todos los hijos de David Dios elegiría a Salomón: “Y Él me dijo: “Tu hijo Salomón edificará mi Casa y mis atrios, porque le he escogido a él por hijo mío y yo seré para él padre”.

Y así fue. Cuando Salomón quiso alzar el templo, pidió ayuda al rey de Tiro, Hiram, ya que tal edificación requería un arquitecto experimentado en las técnicas y conocedor de la doctrina secreta de los números y de las formas. De ahí que el monarca enviara a Hiram-Abiff el fundidor, para que se hiciera cargo de la sagrada obra. Pero como en todos los hechos acaecidos en épocas remotas, en los que no se sabe muy bien donde termina la historia y donde comienza la leyenda, las circunstancias iniciales no están nada claras.

Michel Lamy, en su obra La otra historia de los templarios nos dice que “fue sin duda edificado hacia el año 960 a.C., al menos en su forma primitiva. Salomón, que deseaba construir un templo para mayor gloria de Dios, había establecido unos acuerdos con el rey fenicio, que se había comprometido a proporcionarle madera (de cedro y de ciprés). Éste le enviaría también trabajadores especializados: canteros y carpinteros reclutados en Guebal, donde los propios egipcios tenían por costumbre reclutar a su mano de obra cualificada. El templo se elevó en el monte Moriah y su construcción tardó siete años. Fue uno de los edificios más sagrados que jamás hayan existido en la Tierra.

La geometría secreta con la que fue erigido por Hiram había sido heredada por el propio arquitecto, cuyo probable origen es develado por Heckethorne en su libro Las sociedades secretas de todos los tiempos y países. Según Heckethorne, Hiram habría sido descendiente directo de la línea de Caín, lo cual podría explicar la creencia de que el templo había sido realizado por demonios -o elementales- sobre los que tanto Hiram como el propio Salomón ejercían cierto control. Pero ocurrió que la esposa del rey Salomón se enamoró de Hiram, el arquitecto del templo, éste cayó en desgracia ante los ojos del rey y, finalmente, murió asesinado.

Esto no quiere decir que el rey tenga algo que ver con tal asesinato. Sin embargo, antes de morir dijo Hiram que tendría muchos descendientes que completarían su trabajo, es decir, que construirían otros templos. Y, en este sentido, son muchos los estudiosos que están convencidos de que esos descendientes fueron los templarios, ya que ellos mismos se consideraban los arquitectos y custodios de la “fórmula secreta”. De cualquier forma es esta una cuestión muy confusa también, pues dice Michel Lamy al respecto: “El arquitecto Hiram, según la leyenda, murió a manos de unos compañeros celosos a quienes había negado la divulgación de determinados secretos.

Como consecuencia de la desaparición de Hiram, Salomón envió a nueve maestros en su busca. Nueve maestros, como los nueve primeros templarios, en busca del arquitecto de los secretos”. En aquella época se creía que el Templo de Jerusalén unía el Cielo y la Tierra y que los ritos que allí se desarrollaban reforzaban está asociación; por tanto, cualquier desviación en el servicio del templo podía tener consecuencias catastróficas.

El Templo de Salomón, construido en el siglo X a.C., se convirtió así en algo esencial no sólo para la imaginería religiosa judía, sino también para el simbolismo cristiano en siglos venideros. En el 587-586 a.C. fue arrasado hasta los cimientos por Nabucodonosor. Restaurado alrededor del 500 a.C. por Zorobabel, fue nuevamente destruido, para ser reconstruido una vez más por Herodes “El Grande”, no mucho antes del nacimiento de Jesús. El tercer templo fue abatido finalmente por los romanos en el año 70 d.C., ocupando en la actualidad su antiguo lugar la mezquita de la Cúpula de la Roca, en la Explanada del Templo.

Dice Michel Lamy sobre las reliquias que se custodiaban en el Templo: “Si bien la mayor parte de los objetos sagrados habían desaparecido en el momento de las diversas destrucciones, y principalmente durante el saqueo de Jerusalén por Tito, hubo uno que, aún habiéndose volatilizado, no parecía haber sido sacado de allí.

Ahora bien, había sido para albergar dicho objeto por lo que Salomón hizo construir el Templo: el Arca de la Alianza que guardaba las Tablas de la Ley. Una tradición rabínica citada por Rabbí Mannaseh ben Israel (1604-1657) explica que Salomón habría hecho construir un escondrijo debajo del propio Templo, a fin de poner a buen recaudo el Arca en caso de peligro”… Y continúa explicando: “No parece que el Arca hubiera sido robada con ocasión de alguno de los diferentes saqueos o por lo menos, de ser cierto, fue recuperada, según los textos.

Su desaparición por medio de un robo habría dejado numerosos rastros, tanto en los textos como en la tradición oral. Louis Charpentier nos recuerda a este respecto: “Cuando Nabucodonosor tomó Jerusalén, no se hace ninguna mención al Arca entre el botín. Hizo quemar el Templo en 587 a.C.”. A Charpentier no le cabe ninguna duda acerca de ello: el Arca permaneció en su sitio, oculta bajo el Templo, y los templarios la descubrieron. Esta es una cuestión en la que entraremos en profundidad cuando tratemos los pormenores de la creación de la Orden del Templo.

El código secreto indescifrable

Según ha escrito Jonathan Smith, recordando antiguas creencias, “la Piedra de la Fundación, como en las construcciones mesopotámicas, es el centro exacto del Cosmos, el eje o polo, y fue sobre esta Piedra donde estuvo Yahvé cuando creó el mundo; de esta Piedra surgió por primera vez la Luz (se entiende que esta luz iluminaba el templo, que fue construido sobre la Piedra y cuyas ventanas estaban diseñadas para dejar salir la luz y no para permitir su entrada); de la superficie de esta Piedra se obtuvo, rascando, polvo para crear a Adán; bajo esta Piedra está enterrado Adán; en esta Piedra ofreció Adán el primer sacrificio; sobre esta Piedra Caín y Abel ofrecieron su fatal sacrificio; de esta Piedra vinieron las aguas del diluvio y bajo esta Piedra recedieron”. Se creía, en efecto, que bajo la roca fluían las aguas subterráneas, fuerzas del caos que no cesaban de amenazar con engullir el mundo ordenado. La función del Templo era, supuestamente, mantener a raya a aquellas fuerzas. Han sido muchos los exegetas que han tratado de reconstruir teóricamente la estructura del Templo.

Es el caso del franciscano normando Nicolás de Lyre o el filósofo François Vatable. Incluso el mismo Isaac Newton, subyugado por la magia de la visión de Ezequiel donde se apuntaban las medidas del Templo de Jerusalén, hizo alarde de erudición como teólogo, filósofo, físico y matemático exponiendo sus resultados en Solomon´s Temple. Su intención, dado el carácter simbólico del templo, era conocer su forma para averiguar su significado. Pero ni siquiera un gigante del pensamiento como él, artífice de la Física clásica y de la mecánica celeste, pudo descifrar el mensaje mistérico subyacente en esa misteriosa forma arquitectónica.

Y es que la sabiduría que el rey Salomón plasmó en la construcción del Templo parece estar más allá de las mediciones y los cálculos matemáticos. Los que más se han acercado a esa fuente que inspiró a Salomón son los masones, cuyos rituales dejan entrever un conocimiento esotérico milenario comparable al que configuró el Templo. Como ilustración de esta herencia espiritual, tenemos los pilares de la masonería, las columnas J y B; columnas de sabiduría y rigor del cabalístico Árbol de la Vida-, que corresponden a los pilares del mismo nombre que sostenían al pórtico del Templo de Salomón y que Hiram-Abiff había hecho forjar en bronce.

Simbología de un edificio mistérico

En su tiempo, Salomón fue la personificación de la sabiduría universal, siendo su Templo la “Casa de la Luz Eterna”, nombre que algunos exegetas han querido ver en el propio rey: “Sol-om-on”. De acuerdo con las enseñanzas mistéricas, hay tres templos de Salomón. El primero es la “Gran Casa del Universo”, en medio de la cual se asienta el Sol, rodeado de sus compañeros artesanos: los doce signos del Zodíaco. Tres luces -la estelar, la solar y la lunar- iluminan este templo cósmico. Acompañado de sus planetas, lunas o asteroides, este Rey Divino se pasea con pompa por las avenidas del espacio.

Según esta interpretación, Hiram representaría la luz física activa del Sol, mientras que Salomón simbolizaría su refulgencia intelectual y espiritual, invisible pero todopoderosa. El segundo templo simbólico es la “Mansión” o “Catedral del Alma”, una estructura invisible cuya comprensión corresponde única y exclusivamente a un arcano masónico supremo. El misterio de este edificio intangible está encerrado tras la alegoría del “Soma Psychon” o “traje de boda”, como lo describió San Pablo, las “Vestiduras de Gloria” del gran sacerdote de Israel o la “Túnica Amarilla” de los monjes budistas.

Según esta última interpretación, el alma, creada a partir de una sustancia ígnea invisible, un metal áureo llameante, habría sido introducida por el maestro masón Hiram-Abiff en el molde de barro (el cuerpo físico), conformando el denominado “Mar Fundido”. Así, el Templo del alma humana habría sido construido por tres maestros masones que personifican la sabiduría, el amor y el servicio, y sólo cuando esta operación se realiza de acuerdo con la Ley de la Vida, el espíritu de Dios mora en este lugar sagrado. El templo del alma así concebido es la verdadera “Casa Eterna” y sólo quien es capaz de erigirlo de esta manera está considerado como un verdadero maestro masón.Estas características las reunía en su persona el rey Salomón.
Leer más...

El secreto masónico

Preguntado un antiguo filósofo griego sobre cual era, según su criterio, la cualidad más importante para triunfar y la más difícil de mantener, él respondió: “Ser discreto y callado”.




Actualmente, en el ruidoso y escandaloso mundo en que vivimos, donde la privacidad es prácticamente desconocida, cultivar el secreto es doblemente difícil de lo que lo fue en el pasado.

Esta es, por lo tanto, una virtud rara e inapreciable aunque se necesita poco esfuerzo para aprenderla y practicarla. Hoy en día, el mundo es un gallinero de rumores en el que se conoce casi todo, una colección de espejos donde nada permanece oculto. Si los antiguos apreciaban en grado sumo la bondad del silencio, la sociedad de ahora parece estar dispuesta a venerar al dios del cotilleo.

Alguien dijo que, si la Masonería solo enseñase a sus miembros a preservar sagradamente los secretos que otros les hubieran confiado como tales –excepto cuando razones de mayor importancia exigen romperlo–, ya habría realizado una importante tarea que, por si sola, sería su razón de ser, haciéndola merecedora del respeto de la sociedad.

En cualquier caso, no es necesario recalcarle a un masón la importancia del secreto; sin él, la Masonería dejaría de existir o se convertiría en algo tan diferente que sería irreconocible. Sólo por esta razón, la primera lección a impartir a un candidato es el deber del secreto, lo que debe quedar impreso en su conocimiento de forma indeleble.

No obstante, estrictamente hablando, la Masonería no es una sociedad secreta, si por ello entendemos una sociedad cuya presencia se trata de ocultar. Es bien conocida por todo el mundo la existencia de la fraternidad masónica y nunca se ha tratado de encubrir este hecho. Se conoce su organización, sus templos están identificados en las ciudades y sus miembros muestran con orgullo su calidad de masones. Es incluso posible obtener de los registros públicos oficiales los nombres de los miembros de la Orden, aunque no, lógicamente, de los registros de las logias que son de dominio privado.

Tampoco puede decirse con propiedad que la Masonería tiene una verdad que transmitir, desconocida hasta para los más informados. La mayoría de los análisis sobre la parte esotérica de la Masonería tiende a confundirse en este asunto y, cuando se analiza más profundamente, los únicos secretos que afloran se refieren a extrañas teorías, o filosofías imaginarias de escasa importancia. La sabiduría de la Orden está oculta, no porque sea misteriosa, sino porque es muy sencilla: su secreto es profundo, no enigmático.

Al igual que en las matemáticas hay valores principales y en la música hay notas fundamentales sobre las que se apoyan las demás, también la Masonería esta construida sobre las grandes verdades, plenas de contenido y difundidas, sobre las que se sustenta la vida misma. Ha nacido, se mantiene y tiene sus principios en esas verdades. Claro que hay misterios, de la misma forma que la vida y la muerte son misterios; hay que ser muy sabio para comprenderlos y uno de los objetivos de la Masonería es resaltar su verdadera importancia.

Así explicado, la Masonería no es una sociedad secreta, es una orden privada. En la tranquilidad de una logia retejada, en el silencio que produce el alejamiento del estrépito ruidoso del mundo exterior, en una atmósfera de reverencia y amistad, nos transmite las verdades que nos mejoran como hombres, sobre las que apoyar nuestra fe y nuestra personalidad para enfrentar el viento y las tormentas de la vida. Es tan rara su absoluta simplicidad que para muchos es tan secreta como si estuviera oculta por siete velos o enterrada en la profundidad de la tierra.

¿Cuál es el secreto de la Masonería? Su método de enseñanza, la atmósfera que puede crear, el espíritu que se respira en nuestros corazones y los lazos que rodean y fluyen entre los hombres; en otras palabras, las Logias con sus ceremonias y juramentos, los signos, los toques y las palabras, tienen el poder de evocar los que es más secreto y oculto en el corazón de un Masón. No se puede explicar cómo funciona este mecanismo, sólo sabemos que se realiza y que protege como un preciado tesoro el método mediante el cual se lleva a efecto.

Hay una tendencia a decir que los signos y los toques tienen un escaso valor, pero esto es incierto; tienen una gran importancia y nunca los cuidaremos lo suficiente de su mal uso o profanación. Benjamín Franklin hizo una famosa elegía de los signos y los toques que no se quedó en una vana elocuencia. Está justificada por los hechos y debe ser conocida y recordada:

“Estos signos y toques no tienen poco valor, hablan un lenguaje universal y tienen el efecto de un pasaporte a la atención y el apoyo de todos los iniciados en cualquier parte del mundo. No pueden perderse en tanto que, como recuerdo, mantienen su poder. Aunque a su poseedor se le exilie, naufrague, se vea en prisión o se le desprovea de todo cuanto ha tenido en su vida, siempre le quedan estas credenciales que están disponibles para su utilización cuando lo requieran las circunstancias.

Los benéficos efectos que han producido quedan reflejados en hechos históricos incuestionables. Han detenido la mano de los destructores, han suavizado las acciones de los tiranos, han mitigado los horrores de la cautividad y han roto las barreras que levantan las posiciones sectarias y de enfrentamiento político.

En el campo de batalla, en la soledad de las selvas vírgenes o en la abigarrada ciudad, se han formado hombres de sentimientos hostiles, de religiones muy antagónicas y de la más diversa condición humana, pero que están dispuestos a ayudarse mutuamente y sienten una satisfacción y un reconocimiento social porque han sido capaces de aportar consuelo a un hermano masón”.

También es cierto, y no de menor importancia, que, en la marcha de la vida diaria, los signos y toques han unido a los hombres, manteniéndoles juntos de una manera singular y sagrada. Abren las puertas de la soledad en la que vive cada ser humano, forman una cadena que nos une con hombres de la Orden en todas partes y nos capacitan para ayudarnos unos a otros de muchas e incontables maneras. Se teje así una red de compañerismo, amistad y fraternidad a lo largo del mundo entero, lo que aporta algo amable y bueno a nuestras vidas, sin lo cual seríamos, decididamente, más pobres espiritualmente.

No olvidemos nunca que la vida viene del espíritu, la letra por sí sola está vacía. Un viejo hogar significa miles de cosas importantes para quienes las pusieron allí. Su disposición y el conjunto que forman, así como el espacio en el que se asientan, es algo sagrado para cada uno; pero, si un extraño lo adquiriese, estas cosas sagradas no significarían nada para él. El espíritu ha desaparecido, el brillo se ha apagado. Esto es lo que ocurre con la Logia, si se abriera a los ojos curiosos de los profanos se arruinaría su belleza, su poder se anularía.

El secreto de la Masonería, igual que el de la vida, sólo pude conocerlo aquel que lo busca, lo comprende y lo vive. No se puede expresar, hay que sentirlo y entenderlo; de hecho, es un secreto abierto y cada iniciado lo entiende de acuerdo con su búsqueda y sus capacidades. Como todo lo que merece ser conocido, nadie puede conocerlo por otros ni tampoco puede conocerlo sólo por sí mismo, únicamente se puede aprender en compañía, en el intercambio vital, de espíritu contra espíritu, rodilla contra rodilla, pecho contra pecho, mano contra mano.

Por estas razones no debemos preocuparnos por cualquier libro escrito para exponer públicamente a la Masonería. Resulta completamente inofensivo. El secreto real de la Masonería no se puede aprender con miradas inquisitivas o búsquedas curiosas. Desde luego, es nuestra obligación proteger la privacidad de las logias, pero el secreto masónico sólo lo pueden conocer aquellos que están preparados y son merecedores de recibirlo. Un corazón puro y una mente honesta son candidatos para conocerlo; otros buscarán en vano y no lo encontrarán, incluso aunque lleguen a aprender los signos y los toques de cada rito y cada grado de la Orden.

Más allá de la intención de esconder sus secretos, la Masonería está permanentemente intentando trasmitirlos al mundo de la única forma en que puede hacerlo: por medio del perfeccionamiento del carácter y de los comportamientos que se empeña en crear y obtener de sus miembros. Todos los trabajos de la Masonería se dedican a modelar un hombre ayudándole a descubrirse y a que se desarrolle. Es como una cantera en la que se pulimentan las rugosas piedras de la humanidad para su mayor lucimiento.

Si la Masonería utiliza el señuelo del secreto es porque está en la naturaleza del hombre desentrañar lo que está oculto y desear lo prohibido. Dios también se nos oculta, de forma que, buscándole entre las sombras de la vida, podamos al fin encontrarle y encontrarnos a nosotros mismos. Quien no tiene la suficiente inquietud por Dios como para buscarle, jamás le encontrará aunque Él no está muy lejos de nosotros.

Aquel que se acerque a la Masonería de esta manera descubrirá que su vida masónica es una gran aventura. Es una fuente constante de nuevas experiencias, algo nuevo se nos presenta a cada momento, algo nuevo en sí mismo ya que la vida se intensifica con los años, y algo nuevo en masonería a medida que se entiende su significado. El Masón que considera aburridos a sus grados y un galimatías su ritual tan sólo demuestra la medida de su propia mente.

Si un ser humano ya supiera todo de Dios y los hombres, la Masonería no tendría nada que enseñarle; pero es un hecho que el más sabio de los hombres sabe realmente muy poco. El camino es poco claro y nadie puede ver muy lejos. Somos buscadores de la verdad y Dios nos ha hecho de forma que no la encontremos solos, sino con el amor y la ayuda de un compañero. Este es el auténtico secreto, y descubrirlo es conseguir la llave del significado y de la alegría de la vida.

La Verdad no es un regalo, es un premio. Para conocerla hemos de ser verdaderos, para encontrarla hemos de buscarla, para entenderla hemos de ser humildes y para conservarla hemos de tener una mente clara, un corazón valeroso y el amor fraternal de aplicarla en el servicio de la humanidad.


The Masonic Service Association of the United States
Volume 5 Number 1 – January, 1927
J. F. Newton
Leer más...